Imaginemos por un momento, que Dios se presenta frente a nosotros con un llamado a confiar en su Misericordia, porque entre más confiemos, más gracias y regalos recibiremos. Qué le diríamos?. La Fiesta de la Divina Misericordia, en esencia, es que las almas del mundo entero, lleguen a creer, con plena confianza, que nuestro Dios es infinitamente Misericordioso y nos ama a todos con su amor inagotable. Esta hermosa fiesta nos encamina a buscar siempre ser misericordiosos con nuestro prójimo, así como lo es Dios con nosotros, a demostrar esa misericordia, a través de nuestra palabra y actos concretos de amor. Recordemos que el origen de la palabra “misericordia” en latín es: misereri, que quiere decir compasión, y cor, que quiere decir corazón. De esta manera, ser misericordioso es tener un corazón compasivo. Para celebrar esta festividad, tenemos la gracia de prepararnos nueve días antes haciendo la Novena a la Divina Misericordia, y la Coronilla de la Divina Misericordia a las 3 de la tarde. Preparemos nuestro corazón para asistir a la Santa Misa y recibir la Comunión Espiritual con mucha devoción.